por Alberto N. Jones
HAVANA TIMES — En días pasados supimos a través de la
prensa que las celebraciones del próximo 26 de Julio serán en nuestro
Guantánamo, la cenicienta de Cuba, lo cual nos llenó de alegría, orgullo local
y reconocimiento por un pueblo sufrido, olvidado e inconmovible.
De inmediato recordé, que en el pasado este honor se le
había conferido y poco después de los festejos, todo regresaba a la inercia,
falta de creatividad e impunidad con lo mal hecho, que desgraciadamente ha
venido a caracterizar a nuestro Guantánamo en particular y a Oriente sur en
general.
La historia de Guantánamo es cruel, siniestra y está
asociada con tragedias e infortunios.
Antes del triunfo de la Revolución ésta era la región más abandonada y
atrasada del país, en la cual los sistemas de educación, salud, deporte,
comunicación, industrias y cultura, brillaban por su ausencia.
En cada periodo electoral aparecían politiqueros, oportunistas y sargentos
políticos prometiendo escuelas, acueducto, alcantarillado, hospitales y
empleos, solo para defraudarnos poco
después de haber sido elegidos.
No fue hasta el gobierno del Presidente Ramón Grau San
Martín en 1944-48, que tuvo lugar un masivo plan constructivo que llevó a
Guantánamo el 80-85% del actual sistema de abasto de agua, alcantarillado y
pavimentación de sus calles. Todos los municipios y la capital Santiago de Cuba
estaban conectados con Guantánamo mediante terraplenes, que eran intransitables
en periodos de lluvia.
Como botín de la guerra-Hispano-Cubana-Americana de 1898,
los Estados Unidos ocuparon en 1903, 118 Km2 de terreno circundante de la bahía
de Guantánamo, una de las mejores del mundo, que fue transformado en la Base
Naval conocida por GITMO hasta el día de hoy.
La presencia de este enclave militar fue una desgracia
para la región disfrazada de estabilidad económica, al crear unos 2500 empleos
temporales y a tiempo completos en tiempos de paz, y mucho más durante periodos
de conflagración internacional, convirtiéndola en la espina dorsal de la
economía local.
La salida semanal de cientos de militares de “franco”
desde la base, creó en Guantánamo y Caimanera el mayor prostíbulo de Cuba, con
cientos de mujeres de todo el país, proxenetas famosos, masiva perversión
sexual, drogadicción, violencia, enfermedades venéreas, chantajes, traficantes,
boliteros y sobornos, coexistían, y en algunos casos, eran admirados por las
clases vivas, religiosas, fraternales y legales de la ciudad.
El subdesarrollo de Guantánamo y su absoluta dependencia
de los recursos económicos legales e ilegales provenientes de la base, les
otorgaba a los militares norteamericanos absoluta impunidad, por lo que todos
los crímenes, sin importar su gravedad, estaban fuera de la competencia de las
autoridades cubanas.
Es por ello, que el asalto al Cuartel Moncada en 1953,
encontró una clarinada entre la juventud frustrada y avergonzada de la sociedad
que se les había impuesto, llevándolos a sumarse masivamente a esta gesta, por
lo que derramaron su sangre, ofrendaron sus vidas y convirtieron a Guantánamo en uno de los pilares anti
batistiano más importantes del país durante el proceso insurreccional.
Inmediatamente después del triunfo de la Revolución, se
prohibió la salida de la soldadesca de franco de la base, se clausuró el
prostíbulo y las prostitutas pasaron a escuelas. Se impidió el ingreso de
nuevos empleados cubanos en la base naval y esta se transformó de inmediato en
una cabeza de playa y un peligroso centro de conspiración dentro de Cuba.
Miles de delincuentes comunes y contrarrevolucionarios
encontraron asilo en dicho enclave, recibieron entrenamiento militar en Centro
América o Miami, regresando a la base y logrando, algunos, infiltrarse en Cuba
para sus acciones delictivas. Decenas de millones de pesos desvalorizados en
manos de desafectos fueron cambiados abiertamente por dólares dentro de la base
y su emisora local WBGY se hizo bilingüe, incitando abiertamente la emigración
de cubanos.
Varios trabajadores cubanos fueron detenidos, torturados
y asesinados dentro de la base. Varios
soldados cubanos Guarda fronteras fueron heridos de bala, y tres asesinados por
disparos provenientes de su interior, por lo que en 1964, el gobierno cubano determinó
cerrar la toma del abasto de agua a dicho enclave, lo cual determinó que el
jefe militar de la base despidiera en masa a unos 700 empleados, lo que
supondría el colapso económico de Guantánamo y sus 100,000 habitantes.
Este resumen parcial pretende describir el grado de
hostilidad, peligros y amenazas imperante en Guantánamo, que convirtió a esa zona en el segundo campo
minado más grande del mundo y en una llama perenne que podía desencadenar una
conflagración bélica sin precedentes en nuestro continente, forzando a nuestro
gobierno a dedicar incalculables recursos económicos para su fortificación
defensiva y el consiguiente estancamiento del desarrollo social, agrícola,
industrial, cultural y científico de la región.
El daño colateral vivido es grave e irreversible en
algunos casos. Guantánamo ha pasado en medio siglo a ser, la comunidad más
diversa de Cuba, con un sincretismo de hábitos y cultura sui géneris, derivada
de la presencia de inmigrantes españoles, caribeños de cada una de sus islas,
italianos, alemanes, ingleses, norteamericanos, suizos, libaneses, franceses,
polacos, pakistaníes, chinos, hindúes, sirios, mejicanos, canadienses etc., a
palestinos en su propia tierra y con uno de los mayores índices migratorios
hacia el exterior.
Guantánamo, la región de Cuba que produjo más médicos por
habitantes en el país en las primeras cinco graduaciones después del triunfo de
la Revolución, ha perdido hoy su brillo e incentivo.
Guantánamo, la región con el mayor caudal y reserva de
agua del país, la mayor productora de Café, Cacao y Sal, ha perdido su
capacidad productiva, mientras gran parte del país está seca y sedienta.
Guantánamo, la del famoso helado Samy’s, los Caramelos
Tudela, el Chocolate la India, el Pie de Coco, el jabón 13/13, los ómnibus La
Ideal, el cine América, el Cabaret Monte Carlo, la panadería Modelo o el
Frio/Caliente, el popular balneario en el rio Bano, no hemos sido capaces de
preservarlos para nuestros hijos, mientras se deshidratan en la región más
cálida del país.
Guantánamo, el lugar de nacimiento del primer hombre en
el espacio con vínculos filiales en África,
el CEPRU, donde una heredera de Mariana Grajales puso a Cuba en el
mapa-mundi ante 3.5 mil millones de espectadores, sus excelsos deportistas
olímpicos y la inexpugnable barrera defensiva de la Brigada Fronteriza en la
primera y más importante trinchera del país, justifican con creces, que este
pedazo de tierra y su gente, sean dignos de mejor suerte.
La Colonia Española y el Block Catalán para blancos, el
Club Moncada y la Nueva Era para negros, el Siglo XX para mulatos, decenas de
logias, iglesias, el Center, la Tumba Francesa, las Sociedades Chinas, los
coros juveniles, las bandas y paradas escolares, Lluvia de Estrellas en su
búsqueda constante de talento y las competencias deportivas, forjaron y le
confirieron a Guantánamo una vitalidad y fortaleza moral, que permitió al
grueso de su juventud, resistir y vencer las tentaciones emanadas del mayor
centro de corrupción del país.
Restituir esas armas, esa coraza a la generación actual
de Guantánamo y de Oriente sur, ha de ser un compromiso ineludible e
impostergable de todos.
[articulo original]